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viernes, 15 de noviembre de 2013

Todos juntos ¿por qué no?


Divertimento en la clase de inglés con alumnos y alumnas de 1ºESO  del IES Concha Méndez Cuesta  de Torremolinos.

¿Quién ha dicho que no se puede pasar bien en clase de inglés cantando una canción entre todos y todas?

miércoles, 9 de octubre de 2013

Autorretrato lingüístico: "de Bilbao, de toda la vida..."

retrato lengua

Con motivo de la celebración del Día Europeo de las Lenguas (26 de septiembre), invitado por @londones a participar en un blog creado al efecto y, espoleado por los preciosos textos de @jlbracamonte y @lourdesdomenech, -todos ellos compañeros y, sobre todo, amigos- me atrevo a arañar superficialmente en mis recuerdos, dejándome acompañar de esa “ciega abeja de amargura”.
De Salamanca (José Luis Sánchez) a Blanes (Lourdes Domenech) y de Blanes a Bilbao. “De Bilbao, de toda la vida...”, bueno, desde hace medio siglo y, como tantos, a caballo entre Vizcaya (Bizkaia) y Palencia (Palencia). De padre sestaoarra -¡aúpa Kaiku!- y de madre palentina –sí, chiguito, sí-, en mi casa siempre han convivido pacíficamente el euskera y el castellano… Digo pacíficamente porque, en una familia monolingüe -absolutamente castellano-parlante- siempre han estado en el aire y hemos respirado palabras en español y en vascuence. Es curioso, en esta tierra siempre han estado marcadas política, social y culturalmente palabras como euskera, vascuence, vasco frente a castellano o español. En mi cerebro infantil resonaban frases como “el chiguito corito se escolingaba por el arambol” y “bat, bi, hiru, lau, bost, sei, zazpi… euskaldunak, irabazi, aurrera!” y las entendía perfectamente y sin aspavientos –curiosa palabra, por cierto- tras la pertinente y necesaria traducción simultánea: “el niño desnudo se deslizaba por el pasamanos (de la escalera)”, “uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… ¡los vascos ganamos, adelante! Cuando uno desde pequeñajo come “carramarros” –karramarro, ´cangrejo´-, tiene el estómago “larri” –larri, angustioso, apremiante, grave´- y se queda “neque” en el coche -neke, ´cansado, fatigado, agotado´- no entiende los problemas políticos que crean los adultos, máxime cuando las primeras palabras que escuchó en euskera fueron “etorri hona!” (´¡ven aquí!´) en boca de Pablo, el portero de la finca de al lado, que hacía mucho tiempo que había venido de Salamanca…
Y llegó la escuela y “yo fui a EGB”… Por aquel entonces y –supongo- que por motivos políticos y de vecindad- estudié francés porque así lo quiso mi madre. “Je suis, tu es, il est…”, "Qu'est-ce que tu fais?" son expresiones que comenzaron a sonar familiares en mi vida diaria. Y llegó el instituto y con él dos lenguas más : el latín, porque así lo exigía el antiguo BUP y el inglés, porque así lo quiso mi madre. "Dimidium facti qui coepi habet", se entremezclaba con "I´am Marcos, a new student" ”y la vida siguió, /como siguen las cosas/que no tienen mucho sentido”, como los conceptos de contaminación lingüística, lengua común, interferencia lingüística, dialecto… en la esponjosa mente infantil. Y en los años ochenta, llegó la Universidad y nuevas lenguas, nuevos ojos para comprender el mundo… Por motivos de formación académica llegaron mis primeras palabras en italiano –recuerdo mi primera frase: "Il libro è giallo"; por cierto, ¿alguien ha visto alguna vez un libro amarillo?-; por motivos profesionales, profundicé en la lengua de Bernat Etxepare: “hegoak ebaki banizkio, nerea izango zen”; y por motivos familiares, dejamos Palencia y nos trasladamos todos los veranos a Blanes, donde mis sobrinos me pedían “una pastanaga” y me repetían una y otra vez “plou poc, pero para el poc que plou, plou prou” o “a cap cap cap que Déu deu deu durus” (“llueve poco, pero para lo poco que llueve, llueve bastante”, “en ninguna cabeza cabe que dios deba diez duros”).
lenguita2

Y, casi sin darnos cuenta, estamos en 2013 y ayer –sí, ayer, casualidades de la vida-, ayer mismo, comentaba con unos amigos que es muy frecuente en Euskadi usar expresiones como “dinero atrás” para referirse a la pedrea de la lotería nacional; “descambiar una camisa”, por cambiarla; “al cabo de año” para conmemorar el aniversario de un fallecimiento... expresiones que no son fácilmente entendibles fuera de nuestras fronteras, pero que aquí gozan de una vitalidad envidiable. Y es que, aunque uno haya estudiado Filología Hispánica, nunca deja

de aprender, incluso en su propia lengua materna. Recuerdo que, no hace muchos años, entendí cabalmente por qué aquella asignatura en la que hacíamos circuitos eléctricos con pilas de petaca, figuras del ajedrez con pastillas de jabón Chimbo o copiadoras con glicerina y no recuerdo qué más productos… se llama Pretecnología; sí, sí, pre-tecnología, como ahora los chicos de la ESO estudian Tecnología… No hace mucho que comprendí la anáfora, epanadiplosis o cualesquiera figura de repetición fónica de que se trate que contiene el nombre de uno de los personajes más queridos de mi niñez y de mis añorados Chiripitifláuticos: el capitán Tan… Aún sigo admirado por las explicaciones que mi maestro de Latín, un extraordinario catedrático –hoy emérito- Don Santiago Segura Munguía, nos desgranaba en la Universidad; gracias a él, descubrí la magia de la etimología y entendí el significado de palabras como “estraperlo”, “capicúa”, “gringo”, “trabajo”, “laxante” o “lavabo”…

Decía Don Miguel de Unamuno “Filología es filosofía” y recuerdo ahora que una antigua profesora universitaria nos decía siempre que las lenguas “son gafas que nos permiten ver el mundo de una manera determinada”. Mi mundo, mi vida toda, está teñida de ideas, expresiones y palabras del castellano, euskera, francés, inglés, latín, italiano, catalán… y espero seguir tiñendo mi realidad con una paleta llena de colores, rellena de matices y pletórica de vida…

Marcos Cadenato, coautor del blog Tres Tizas  

(Este post se ha publicado simultáneamente en este blog y en Tres Tizas)

viernes, 4 de octubre de 2013

Día europeo de las lenguas 2013 en Toledo

El día europeo de las lenguas nos permite realizar unas actividades de reflexión y concienciación de la importancia del conocimiento de las lenguas.
En nuestro colegio, hay pocos alumnos con procedencia de otros países, por lo que nos planteamos una actividad sencilla,  indagar cuantas lenguas sabían ellos y sus familias y con las que estaban en contacto por familiares, en principio la expectativa no era alta, una comunidad autónoma monolingüe... pocos alumnos con procedencia extranjera...
Pero siempre estas actividades nos sorprenden, ¡siempre! y resultó que salieron muchas lenguas. Castellano, catalán, valenciano, búlgaro, árabe, portugués, inglés, francés, ruso, chino, japonés, italiano...
De todas estas lenguas tenían contacto los alumnos. Muchas lenguas, ¡sí!  Unas las hablan familiares de algunos de ellos y algo conocen, palabras sueltas, expresiones, pero otras las hablan ellos o sus padres.
Interesante! Porque nos permite hacer un recorrido amplio por el mundo y las lenguas y la posibilidad de ampliar nuestras miras!
Y... decidimos enviar mensajes al mundo con las conclusiones a las que llegamos en nuestra reflexión.
Y... lo hemos hecho en las distintas lenguas.



Mi palabra favorita...

Con motivo del Día europeo de las lenguas, celebrado el pasado jueves 26 de septiembre, los alumnos y alumnas de sexto A y C del CEIP Hernández Ardieta realizaron una pequeña actividad en la que tenían que elegir su palabra favorita y escribirla en diferentes lenguas.
Con ella realizaron caligramas que formaron parte de un mural colectivo.
Esta actividad nos permitió reflexionar sobre la diversidad lingüística que nos rodea y la importancia de las lenguas en una sociedad cada vez más plural y en la que la movilidad está muy presente.
Para ver el resultado final de la misma puedes hacer click en la imagen

jueves, 3 de octubre de 2013

Día Europeo de las Lenguas en el Colegio San Gregorio (Aguilar de Campoo)

Los alumnos de 5º de Educación Primaria junto con sus profesores están llevando a cabo durante este curso un proyecto e-twinning bajo el título: "Celebrating Together" (siguiendo el link podréis encontraros con el blog en el que estamos trabajado)

Para este proyecto se han unido tres colegios europeos:
Nuestros objetivo con este proyecto es trabajar sobre el calendario de días internacionales (Día de las lenguas, Día internacional del Medio Ambiente, Día de Europa....).

La primera actividad que hemos llevado a cabo ha sido la celebración del Día Europeo de las Lengua el 26 de Septiembre de 2013. Aquí podéis ver la actividad que llevamos a cabo en el Colegio San Gregorio y que los profesores publicaron en sus respectivos blogs. 
Este ha sido el resultado final de la actividad en el Colegio San Gregorio.


5º A de Educación Primaria



5º B de Educación Primaria


Y este el resultado final de la celebración que tuvieron en Holy Trinity School en Inglaterra:



Y por último la celebración del colegio de Polonia:



FELICIDADES A TODOS ELLOS.
¡¡ES UN TRABAJO MARAVILLOSO!! 


Julián Sanz Mamolar (@julisanzmamolar/Mi primer año en RedXXI)
Javier Ramos Sancha (@javiramossancha/ SGAguilar Javier Ramos)

miércoles, 2 de octubre de 2013

Yo soy yo y mi(s) lengua(s)

Detalle de algunos productos de la antigua tienda familiar
Acepto gustosa la propuesta de esbozar mi autorretrato lingüístico en un texto que he escrito para ser leído ante mis alumnos (por lo tanto, sin demasiadas florituras), a los que también he invitado a participar en esta iniciativa, que bien podría titularse a la manera orteguiana “Yo soy yo y mi(s) lengua(s)”.

Empezaré por decir que he tenido la suerte de haber aprendido dos lenguas al mismo tiempo. Mi madre es catalana y mi padre era andaluz. En casa teníamos conversaciones cruzadas. Mi madre se expresaba siempre en catalán; y mi padre, siempre en castellano (aunque aprendió a hablar pefectamente el catalán). Aun siendo granadino, no se le notaba su origen sureño. Sólo cuando nos leía cuentos o nos recitaba poemas o nos cantaba cancioncillas a la hora de acostarnos, afloraba la magia de su acento granaíno. A mí esa transformación en el habla me maravillaba. Era como si el cambio de acento fuera la señal de que estábamos solos, de que sólo él y mi hermana y yo conociéramos su secreto, el secreto de un desarraigado que se aferra a sus orígenes de la mano de su identidad dialectal.
Quien más se incomodaba con la mezcla de las lenguas era mi abuela materna, a la que había que traducir al catalán lo que no entendía. Se había criado en una zona rural en la que no se hablaba castellano y su catalán era muy, pero que muy cerrado.
Mis padres tenían un negocio de mercería, confección y artesanía textil. De pequeña, sabía distinguir un mantel lagarterano de un bordado Richelieu y, por más que no supiera ubicar su procedencia, sentía un cierto cosquilleo en el paladar cuando pronunciaba estas y otras palabras. Me crié entre abrigos de Pantaleoni Hnos, piezas de tela Tolrá, encajes, bobinas de hilo, peúcos, leotardos, batas de boitiné, refajos y ligas. Fui creciendo a la vez que la moda iba incorporando nuevos términos. De las medias se pasó a los pantys; del bañador, al triquini y después, al bikini; del calzoncillo, al slip; de la falda tres cuartos, a la minifalda; de los bombachos, al chándal; del camisón al picardías...
La dualidad de lenguas se daba también en el colegio. Hice la enseñanza en castellano, pero siempre hablé catalán con mis amigas. Para nosotras había dos lenguas, una con con el sello de la disciplina escolar (y, a veces, el castigo) y otra con la que nos expresábamos sin reparos lingüísticos, sin los corsés de la corrección.
Además, en la escuela y en casa aprendí una tercera lengua: el francés. Con el boom turístico del tardofranquismo, mis padres aprendieron a hablar en francés (pourquoi pas?), porque Blanes - que es de donde soy y donde vivo- recibía muchos visitantes procedentes del  país vecino y había que agasajarlos para que compraran (la pela es la pela). Pese a que en el colegio aprendíamos francés, mis padres nos mandaron a clases particulares con una mademoiselle con el pelo cortado a lo garçon, de quien aprendimos a pronunciar las erres guturales. Poco a poco, se fue despertando mi pasión por todo lo galo. La proximidad geográfica hizo que viajáramos en varias ocasiones al sur de Francia y, así fui perdiéndole el miedo a hablar la lengua de Molière.
Una vez en la Universidad, compaginé los estudios de Filología Hispánica con cursos de francés en el Institut Français de Barcelone. Pasé la prueba de fuego cuando crucé Francia en un Opel Corsa color carmín con destino a la “Ville lumière”. De región en región, fui empapándome de las muchas variedades dialectales que, aprendiendo francés en un pupitre, nunca pude sospechar. Han pasado los años, y sigo cruzando la frontera por el mero placer de sentarme en una terraza de Colliure y hablar en francés con el camarero o por el placer de pasear por el casco antiguo de Perpiñán y de conversar con el vendedor de periódicos del quiosco que hay en el puente sobre el río.
Actualmente, en casa, seguimos teniendo conversaciones bilingües mi marido, mis hijos y una servidora, sólo que mi madre es ahora la abuela que únicamente habla catalán.


Día Europeo de las Lenguas
Una docena de motivos

La primera de las actividades que han realizado mis alumnos de 1º de ESO ha sido reflexionar sobre los motivos de la celebración del Día Europeo de las Lenguas. Después de leer los objetivos que figuran en la página del evento, hemos debatido, en clase, las razones por las que es importante aprender lenguas. Por grupos, han redactado un documento con una docena de motivos y hemos hecho una selección, que alumnos voluntarios han grabado para compartirla:






Mi autorretrato lingüístico

La segunda ha consistido en escribir cada uno su autorretrato lingüístico, a partir de unas pautas previas. Dado que se trata de textos muy personales, algunos no han querido hacerlos públicos, pero sí podemos ofreceros esta media docena +1:




Más información sobre cómo se ha llevado a cabo la actividad en A pie de aula

domingo, 29 de septiembre de 2013

Autorretrato lingüístico #diadelaslenguas

Hola, somos del I.E.S. ZIZUR B.H.I (NAVARRA). 
Mercedes Ruiz sugirió una actividad que nos pareció muy interesante: elaborar un autorretrato lingüístico. Así que nos pusimos manos a la obra y comenzamos el curso de una manera diferente con el alumnado de Francés (optativa) de 3º E.S.O.: hemos reflexionado sobre la situación de las lenguas en el mundo. 
 Para ello el alumnado ha tenido que investigar el número de lenguas habladas en el mundo, en Europa, en España y en su región, y cuáles eran las más habladas. En un principio pensé que esa parte podríamos relatarla en común, para que no resultara muy repetitiva, pero me di cuenta de que cada uno tenía sus propias reflexiones (aunque similares, pero con algunos matices diferentes) y decidí que cada cual expresara la suya. 
 Para terminar han reflexionado sobre las lenguas habladas en su entorno familiar, es lo que resultó más interesante, ya que descubrieron que en su entorno se hablaban muchas lenguas (familiares en el extranjero, otros por razones laborales) y a algunos les entró el deseo de aprender nuevas lenguas en el futuro. ¡Espero animarles y que se haga realidad! ¡Todos son tan buena gente! 
 También nos ha servido para repasar conceptos aprendidos durante el curso pasado y para aprender a utilizar el ordenador e Internet como medio de comunicación y trabajo colaborativo (configuración de su correo en google y uso del drive para crear un powerpoint en equipo). Esta última tarea ha resultado un poco complicada, ya que hemos tenido que trabajar desde casa y resolver dudas o problemas al día siguiente, y es que en nuestro centro es un poco complicado conseguir un aula de informática si no impartes un área específica sobre el tema y cuando lo consigues los ordenadores están tan obsoletos que se pierde mucho tiempo. Aún así conseguimos que 38 alumnos sobre 49 consiguieran configurar su cuenta de google (que el Departamento de Educación ha proporcionado a toda la comunidad educativa) y elaborase un powerpoint colaborativo a través del drive de google, siguiendo las instrucciones que se daban en clase (insertar foto, mismo tipo de letra,...). ¡Seguro que para la siguiente actividad los otros 11 alumnos ya habrán solucionado los problemas técnicos y ya todos trabajaremos al completo! Es gratificante ver un trabajo hecho por todos. 
 Casi todos han expresado también en un breve párrafo la situación lingüística de su entorno en francés, e incluso un par se ha animado a escribirlo en rumano y en inglés, sin embargo no pudo expresarlo en búlgaro porque no se lo permitía el teclado. 
 En fin, lo conseguimos y aquí tenéis su reflexión:

 

Un retrato lleno de amor lingüístico #diadelaslenguas

Nací bastante al norte del sur, en un lugar, algunos dicen que mágico, dónde a lo largo del tiempo poetas, escritores y trovadores  se han encontrado. Algunos los conoceréis por Mágina o Bétula, y eso os delatará como buenos lectores, pero si lo buscáis en un mapa, quizás lo encontréis como Úbeda.

Crecí en la falsa intuición de que lo que escuchábamos era un acento neutro, mucho más cercano a aquella maravilla descrita en el libro de lengua como “acento castellano” que aquel vergonzante seseo que estaba a sólo 9 kilómetros del que las viejas se mofaban sentadas en sillas de enea. Esta falsa creencia se vio sustentada en la comparación de aquellos, a veces ininteligibles mensajes que articulaban mi familia de un lugar perdido entre la Alpujarra y la playa. Pero poco a poco descubrí que poco neutro era nuestro hablar, lleno de un “ronquio” al pronunciar la jota como un quejío  atávico de una tierra muchas veces maltratada.

Primero por obligación, y no sin pocas lágrimas, empecé a estudiar la lengua de la pérfida Albión. Odiaba el sin sentido de los verbos irregulares y los no menos irregulares phrasal verbs y soñaba el día en el que me librara de aquella tortura. Pero primero se hundió un barco en una película y poco después llegó un chico mago, y un grupo de insectos musicales que habían cambiado la historia y el odio se transformó, como en una buena novela, en un amor. Y es que lo pone en un papel de la universidad: “Filóloga”, enamorada de la lengua. Pero no penséis que este es el final  de la historia, porque quedan subtramas escondidas, pequeños idilios y algún drama, con idiomas reales y algún que otro inventado… porque filóloga seré, pero filóloga curiosa ante todo.


Y no hace mucho cogí, como uno de aquellos poetas del principio del retrato, un tren que iba hacía el norte… pero bastante más al norte que él, y ahora vivo en un lugar que me confirma que no es neutro mi acento, aunque si os sirve de consuelo, el suyo tampoco lo es y dónde hay palabras que son diferentes pero que significan lo mismo. ¡Y quien nos iba a decir que un idioma que es el mismo puede ser tan diferente!

PD: Si no me creéis, pensad que Antonio Muñoz Molina y Joaquín Sabina nacieron en Úbeda, y poetas como Machado y Juan de Yepes  pasearon por sus calles


Precioso autorretrato enviado por
¡Gracias! 

sábado, 28 de septiembre de 2013

viernes, 27 de septiembre de 2013

Un autorretrato lingüístico lleno de sabiduría #diadelaslenguas

Accede, como tantas veces cuando le solicitamos que ponga a volar su pluma, que nos inunde de palabras que emocionan y que encierran la sabiduria de un hombre sabio. Asi es Jose Luis, un sabio que no deja estelas en la mar sino en los Campos de Castilla ¡nada más y nada menos!
Gracias



Autorretrato lingüístico
Soy castellano. Lingüisticamente,  castellano viejo. Genealógicamente no lo creo, puesto que el color morucho de mi piel remite a posibles antepasados mudéjares, de los muchos que vivían en estas tierras aledañas a La Moraña, que no es otra cosa que “tierra de moros”.  
Os digo esto por poneros en situación y por tratar de encontrar una explicación lógica a mi gusto por las palabras que comienzan con al-, como aljibe, alquitara, alacena, alambique, albillo, alcoba algazara, almíbar, almohada, almuerzo (aunque esta es de origen latino), alubias y algunas otras.  Hecha esta apreciación, quiero aclarar ahora eso de que soy castellano viejo en la cosa de la lengua. Lo digo porque aprendí a hablar con los dichos y expresiones del campo, del ambiente rural y agrario, de la gente vieja de los pequeños pueblos de esta Castilla mísera. Además, como hijo de esta tierra, soy leísta, o laísta, o loísta, que no lo sé con certeza, aunque  tampoco puede decirse que tal cosa me quite el sueño. 
Mis antecedentes rurales me pusieron en contacto con una forma de hablar que durante unos años me avergonzó. Ya se sabe, me parecía paleta y anticuada.  Crecí en un idioma  que se sustentaba en el vocabulario de los aperos  y las labores de la tierra y en  los dichos y refranes que mi padre utilizaba para reforzar cada frase.  Aún hoy conservo esa costumbre y me gusta tuitear un refrán todos los días con la etiqueta #refranero. Recuerdo también oírle cantar  canciones que hablaban de oficios perdidos, costumbres o personajes de cada  pueblo:  En Coca vive el tío Pepe, el de la panza pequeña, se puso a comer garbanzos, se comió fanega y media. En Macotera tratantes, de la lana blanca y negra.  A ver si se me ocurre algo para llevarlo también al Twitter….
 En mi casa se llamaban arvejones a los guisantes, albañal al desagüe, zolacha a la azuela,  garrapo al cerdo, bieldo a la horca, bujero al hoyo, faldriquera al monedero;  fardel, costal, mancera, cedazo, romana, garrobas, arnero  eran términos familiares que me alejaban de mis compañeros de clase que se reían de tales palabras porque ellos ya usaban estuches de plexiglás, en lugar de plumieres de madera y tenían en su casa sillones de skay en vez de sillas de espadaña, y usaban loden en lugar de angüarinas y hablaban de gafas Rayban, y llamaban plato al tocadiscos y bafles a los altavoces, mientras yo trataba de integrarme en un lenguaje que me resultaba increíblemente moderno comparado con el que usaban mi abuelo y mis padres.  
 En contraste, y por parecer un mozalbete enterado y culto, comencé a memorizar expresiones latinas del  tipo Quo usque tándem abutere Catilina patientia nostram,  diálogos de personajes de novela y diversos párrafos literarios que memorizaba completos y que me servían para sorprender a esos que me tildaban de pueblerino. ¿Qué se creían? Exhibíanse politiquillos zafios con orejas kilométricas y uñas de gavilán, era una de ellas, (de rabiosa actualidad, ¡ahora que caigo…!), Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a cuantos de la apacibilidad de su vivienda han gustado,  frase versátil y aplicable a cualquier pueblo o ciudad con tal solo cambiar el comienzo y que me permitía quedar bien con todo el mundo, o La razón de la sinrazón que a mi razón se hace de tal manera que mi razón enflaquece que con razón me quejo de la vuestra fermosura, útil en el galanteo y cosas así. El hecho es que esa voluntad de alejarme de mis orígenes lingüísticos me condujo a un mundo de abundantes lecturas, que logró ampliar mi vocabulario y abrirme las entendederas. 
Sin embargo, hay un elemento lingüístico que va adherido “de serie” a cada hablante y que desvela nuestros orígenes geográficos. Es algo de lo que no puedes despegarte nunca, así estudies el español como lengua vehicular, o seas jurista, labrador, ministro, políglota o astronauta. Me refiero al acento. El mío es el propio de la zona en la que me he criado, meseteño y un tanto cantarín y pueblerino por el hecho de que alargo mucho las vocales. Hubo un tiempo en el que traté de disimularlo, pero ahora me gusta. Además, me sirve para despistar al personal sobre mi lugar de origen ya que esa forma de hablar se asemeja a la de los gallegos, o más bien a la de los asturianos. A veces me dicen, ¿eres de Asturias? , -Si. -¿Y de que parte de Asturias?  -Del mismo Asturias.
Pasada la edad de la tontuna, comencé a ver en los autores clásicos algunas de las expresiones que usaba mi abuelo y a darme cuenta de que lo que yo pensaba que eran cosas de paletos, habían sido expresiones cultas en otro tiempo, o tenían por detrás una interesante etimología, o eran palabras en desuso, o arcaísmos que nos aclaraban la evolución de algunas locuciones.  Y que los refranes son píldoras de sabiduría popular, que te ayudan a recordar fechas, tareas, o te hablan del tiempo o de la condición humana, y que Cervantes eligió esa forma de expresión, que ponía constantemente en boca de Sancho, pero también de Don Quijote, para legarnos el habla y el pensamiento de la época.  Y que las canciones tradicionales eran aún un vestigio vivo de la transmisión oral del conocimiento.
Dos depositarios de ilusiones, talentos y emociones Tanto monta, monta tanto
 que son las cosas, ahora me satisface recordar y utilizar palabras que aprendí entonces y que están moribundas por su falta de uso. Digamos que había que estar muy modorro para no haber visto antes que somos depositarios de un acervo cultural que hemos de difundir y conservar. Y es que como me decía mi abuelo, siempre he sido un testarrón, aunque eso era antes, ahora en todo caso soy un obstinado, que es mucho más fino,  ¡ande vas a contimparar….!

jueves, 26 de septiembre de 2013

Presentes: a cativada londinense presentándose ao mundo

Presentes: a cativada londinense presentándose ao mundo Hoxe tamén vos presentamos a parte da cativada que estuda galego en Londres. Neste caso son os dos últimos cursos de Primaria que quixeron presentarse ao mundo dicíndovos como son e como se chaman. Velaí vai este pequeno vídeo:

No Día Europeo das Linguas: a autobiografía (lingüística)

No Día Europeo das Linguas: a autobiografía (lingüística) Cada 26 de setembro é o Día Europeo das Linguas. Este ano temos moito alumnado novo nas aulas de galego de 3ESO en Londres. Daquela pensamos que sería unha boa actividade que se presentansen para o mundo e que amais incluíran as linguas que falan. Veredes que temos unha boa diversidade. 

Un autorretrato lingüístico que va y viene por las lenguas de los libros

Le pido a Tere Plana, la Tere, porque parla en catalán, un autorretrato lingüítico y ella nos va llevando de una lengua aotra, de un autor a otro.


Como, the times are changing, y yo quiero estar libre de toda atadura cuando sea lo del cambio: ¡ya! Se me ha pasado por la cabecita (que es cabezota) hacer un breve alegato (los elogios se los dejo a otros) de la cosa de la lectura.

¡Anda! Mira tú que el blog ande va a ir demanda un “autorretrato”.

Pues mirad por donde ¡Nor! Va a ser que ¡nor! Que estoy con unos pelos que ni salgo.

Hala pues, jóvenes y jóvenas:

A mi izquierda un libro amarillo –Kluge. La azarosa construcción de la mente humana-. Promete, como saben los del marketing que la lectura, como toda comida, entra por los ojos.

A mi derecha, un libro electrónico. Suena grandilocuente, ¿eh? Pues esta vez también va a ser que ¡no! Poco peso, poco precio, poco bulto, lo recuerda todo durante muchos días, semanas y en caso de no abrirlo, meses. Que uno o una puede, incluso, no querer leer.

Decirlo no está bien ¡comportaos! Pero hacedlo, dejad de leer cuando a vuestro lado haya nenes y nenas de cualquier edad a quienes queráis o sin querer –que tampoco hay que querer a todo el mundo- queráis que no vean la lectura como un secuestrador maligno que no suelta su presa bajo condición alguna.



Ahora no se quien era, pero era pintor de los buenos, sería Miró o Picasso. El sí me hizo el retrato, retrato lector y de altera gustos.
Pablo Picasso

Yo no me recuerdo leyendo desde temprana edad, no. Yo me recuerdo jugando con tierra haciendo surcos en medio de la calle –sin asfaltar, of course-, como caminitos para “bolas” –muchos años después supe que eran canicas-, caminos estrechos, poco profundos, con curvas y muy largos (no sabéis –o sí- como cuesta cavar sin pala).

Mujer en azul sentada en un sillón.
Pablo Picassso. 1949.
Colección privada, Nueva York
Pero el caso es que debí leer y debí continuar leyendo y un día, a los 16 años me dejaron un libro: Flush y recuerdo al perro a los pies de la joven enferma, supongo que la joven enferma –que pertenecía a la aristocracia inglesa- leía y yo seguí sus pasos –todos no- y leí lo que afirma Alicia sobre los juegos que no le gustan, lo que nos explica el Principito sobre lo importantes que son las esperas, lo del ojo del Gran Hermano que siempre vigila, supe todo lo que había en un Cajón de sastre, vi a un joven bajo la lluvia seguir los pasos de otro joven de sexo diferente y era una nivola –gente rara había ya y también-.[1]

Recuerdo los tipos de lecturas por los colores de los lomos de los libros. Cuando me tira la melancolía, si leo –que, os recuerdo, no es obligatorio-, son los de los lomos de colores (paso un rato con Jeeves o me voy a la primera agencia de detectives de África, puedo visitar al hermano de Lawrence con sus animales o me voy al British Museum que se hunde, como el resto de los mundos).[2]

Si me siento listilla y quiero fardar, voy a por los negros y allí me espera desde hace más de una década la postmodernidad, el Marina de los náufragos, Onfray y su no Dios y otro autor que me gusta aunque a veces se me escapa. No entiendo su surname y es que algunos, por hacerse los interesantes, son capaces de mantener su apellido, con lo fácil que resulta hacerlo fácil tirando de avatar.[3]

Lo de las entendederas me pasaba también con el cura de todas las religiones, altrament dit: Raimon Pannikar (Raimundo Pániker, originariamente Ramon Pániquer –esto sí que son lots of problems con la identity y no lo de ara amb el dret a decidir-), recuerdo con páni-CO sus Ensayos retroproyectivos, si pudiera gritaría hasta que me oyera por muy lejos que esté: ¡NO ENTIENDO NADA!

A mí lo que me gusta, lo que verdaderamente me gusta es HABLAR, pero para hablar uno debe saber qué quiere decir o, al menos, cómo juntar las palabra para que aunque no signifiquen gran cosa podamos medioexplicar si queremos, lo que queremos, cómo lo queremos, dónde y cuándo lo queramos.

Y es que esto del leer, como casi todo en esta vida, va de querer o no querer.

Bonita frase para acabar, pero no quisiera engañar-OS, jóvenes y jóvenas que pasaréis por aquí quasiempujados:

Esto del leer es, como casi todo en esta vida, cuestión de PODER.

#sesiente



[1] Flush (Virginia Woolf), Alicia en el país de las maravillas (Lewis Carroll), El Principito (Antoine de Saint Exupéry), 1984 (George Orwell), Cajón de sastre (Camilo José Cela), Niebla (Miguel de Unamuno),
[2] Jeeves –varios títulos- (P. G. Wodehouse), La caída del Museo Británico (David Lodge), Las lágrimas de la jirafa (Alexandre McCall Smith), Mi família y otros animales (Gerald Russell).

[3] La herida de Spinoza (Vicente Serrano), Ética para naúfragos (José Antonio Marina),Tratado de ateologia (Michel Onfray), En el laberinto de la inteligencia (Hans Magnus Enzensberger)